La Southeast Environmental Task Force (SETF) es una organización sin ánimo de lucro que trabaja en el sureste y los suburbios del sur de Chicago mediante la educación medioambiental, la prevención de la contaminación y el desarrollo sostenible en una zona que ha sufrido generaciones de contaminación industrial. Comenzó en 1989 como una coalición de 30 organizaciones de base que se unieron para oponerse a una incineradora de basura propuesta en un antiguo emplazamiento siderúrgico. Desde entonces, la SETF ha detenido la propuesta de convertir el lago Calumet en un aeropuerto, se ha opuesto a los vertederos de O'Brien Lock, ha participado en la Iniciativa Calumet de 2001, que restauró y mejoró los espacios abiertos y las oportunidades económicas, amplió las moratorias de los vertederos y ayudó a cerrar la central eléctrica de carbón Stateline. Su misión es crear un sureste de Chicago que sirva algún día de modelo nacional e internacional de integración de zonas industriales y residenciales en una comunidad urbana sostenible desde el punto de vista medioambiental.
En 2015, Peggy Salazar, directora ejecutiva del Southeast Environmental Taskforce, levanta una mano llena de hollín tras tocar la puerta de un garaje frente a la última instalación de almacenamiento de coque de petróleo que quedaba en la zona. Foto: Robin Amer/DNAinfo
La plantilla de 10 personas de Southeast Environmental Task Force refleja a los vecinos predominantemente negros e hispanos a los que representan. Se mantienen en contacto con los simpatizantes a través de su lista de correo, informándoles de las oportunidades de voluntariado en los proyectos actuales, que incluyen la justicia climática, medioambiental y del agua, así como otros específicos como "Acabar con las zonas de sacrificio", "Detener el hierro general" y "Nuevas escuelas ecológicas". Una de las prioridades actuales es el proyecto de ley estatal sobre justicia medioambiental, que protegería a las comunidades EJ de la futura contaminación causada por la industria. El proyecto de ley se presentó en la Cámara en 2021 con 6 copatrocinadores y consiguió 16 más en 2022, cuando pasó al Senado. Allí obtuvo el apoyo de 23 copatrocinadores principales y suplentes. La SETF anunció en Facebook que el proyecto de ley se había estancado en marzo de 2022, pero lograron avances en 2023 en Chicago, cuyo alcalde propuso cambios para ayudar al lado sureste y otras zonas con niveles desproporcionados de contaminación, declarando: "El momento de actuar en materia de justicia medioambiental es ahora."
Los miembros de la Campaña Stop General Iron realizan labores de educación puerta a puerta y de petición.