La costa de Georgia cautiva con su impresionante belleza, pero se encuentra en un frágil equilibrio. Los residentes de los condados de Brunswick y Glynn -donde los índices de pobreza triplican la media nacional- se enfrentan a graves riesgos para la salud derivados de cuatro industrias contaminantes activas y 17 vertederos de residuos peligrosos, incluidos 4 emplazamientos del Superfondo. Desde 1990, la Coalición Medioambiental de Glynn ha defendido un medio ambiente limpio y una economía sana, vigilando la calidad del agua y el aire y presionando para que se limpien los vertederos tóxicos. Esta organización sin ánimo de lucro defiende el bienestar de todos los miembros de la comunidad afectados por el deterioro de la calidad del aire y el consumo inseguro de marisco. Sus vitales guías de consumo de pescado protegen a las familias de toda la región, con especial atención a las zonas de bajos ingresos expuestas a una contaminación desproporcionada. Su trabajo salvaguarda marismas cruciales que comprenden un tercio de los humedales de la costa atlántica. Mediante la organización comunitaria, las asociaciones académicas y un liderazgo reconocido por la EPA, el GEC se asegura de que los funcionarios escuchen las voces de los residentes vulnerables más afectados por la contaminación industrial.
Las altas chimeneas liberan vapor a medida que la madera en bruto, normalmente pino amarillo del sur, se transforma en pasta de madera. Este tipo de instalaciones de producción son habituales en el paisaje industrial de la costa de Georgia. Fuente: Harriet Festing
Desde su sede de Brunswick, el reducido personal de GEC consigue financiación para traer a científicos independientes que se abren paso a través del lenguaje burocrático de los documentos del Superfondo, poniendo información crucial sobre la contaminación al alcance de todos en esta comunidad situada a sólo tres metros sobre el nivel del mar. Su iniciativa Safe Seafood proporciona información sobre contaminación, mientras que los programas de ciencia ciudadana enseñan a 15.000 residentes a recoger pruebas medioambientales. Inicialmente centrados en el condado de Glynn, ahora trabajan con socios de toda la costa de Georgia. Su vital labor ha merecido el apoyo del Fondo Nacional de Resiliencia Costera y del Programa de Resolución de Problemas en Colaboración con la Justicia Medioambiental de la EPA. La Fundación Sapelo financió a GEC para crear la Red de Resiliencia Costera de las Islas Doradas, que garantiza que los propios residentes dirijan los procesos de planificación de soluciones al cambio climático. Actualmente, GEC colabora con el Center for a Sustainable Coast en una batalla legal contra Sea Island Acquisition por rellenar humedales en 2013, luchando por el derecho de las organizaciones comunitarias a defender la Ley de Aguas Limpias.