El pueblo de Dot Lake, en la región del Alto Tanana de Alaska, es una nación indígena soberana comprometida con la protección de su hogar ancestral, especialmente frente a la contaminación tóxica, los peligros de la minería, el acceso limitado a la atención sanitaria y el racismo sistémico. Los contaminantes procedentes de vertederos militares, un oleoducto, un laboratorio de metanfetamina cerrado y la mina de oro de Manh Choh amenazan humedales vitales y zonas de subsistencia. A diario, 65 camiones de transporte de mineral atraviesan el pueblo por la única carretera de entrada y salida; cualquier accidente podría aislar a toda la comunidad. Estos camiones esparcen polvo nocivo y corren el riesgo de derrames que contaminen cruces fluviales críticos. Las operaciones mineras sobre el río Tanana y las cuencas hidrográficas de Little Chena crean peligros por el drenaje ácido y la lixiviación de metales pesados, amenazando la caza y la pesca tradicionales, fundamentales para su identidad cultural. La comunidad lucha contra las preocupantes tasas de cáncer -leucemia, cáncer de mama, linfoma y cáncer de estómago- vinculadas a estos peligros medioambientales. Dot Lake Village, que lucha en numerosos frentes, es inquebrantable en su misión de preservar a su gente, sus tierras y su modo de vida.
Dot Lake Village se enfrenta a múltiples fuentes de contaminación, principalmente procedentes de vertederos militares de la región, como un antiguo emplazamiento de misiles nucleares, un oleoducto y un emplazamiento de metanfetamina clausurado recientemente. Se desconocen los detalles de estos contaminantes, el alcance de su limpieza y las repercusiones que están teniendo en los residentes. Las tasas de cáncer registradas en la comunidad son muy elevadas.
Dirigida por la presidenta Tracy Charles-Smith, nieta del fundador de la aldea, Dot Lake Village funciona bajo un consejo de cinco miembros que representan a sus 180 miembros tribales de Alaska reconocidos por el gobierno federal. Mejorando y protegiendo su comunidad y el entorno que la rodea, el consejo ha logrado importantes hitos en materia de salud y seguridad públicas, cerrando con éxito dos laboratorios de metanfetamina e implantando servicios sociales que han reducido las tasas de adicción del 80% a casi cero desde 2020. Han creado casas seguras para mujeres maltratadas que cuentan con un terapeuta y trabajadores sociales, al tiempo que han asegurado infraestructuras vitales como una ambulancia, incineradores de residuos y sistemas de filtración de agua. Recientemente, el pueblo interpuso una demanda contra la empresa minera Kinross por almacenamiento indebido de mineral en el suelo, en violación de los permisos de agua, al tiempo que desafió al Cuerpo de Ingenieros del Ejército por no realizar estudios de impacto ambiental adecuados antes de permitir operaciones que ponen en peligro la sostenibilidad futura de su comunidad.