Cherokee Concerned Citizens (CCC) se formó en 2013 en Pascagoula, MS, para proteger la salud y el bienestar de su comunidad de la exposición a la contaminación industrial. Se enfrentan a la amenaza de la contaminación tóxica de múltiples instalaciones en su comunidad, con más de 2 millones de toneladas de toxinas liberadas anualmente en el aire. Cuando las autoridades estatales analizaron el aire y proclamaron que "todas las muestras estaban muy por debajo de cualquier umbral de exposición aplicable en función de la salud", los residentes supieron que tenían que tomar cartas en el asunto. La recopilación de datos, gran parte del esfuerzo del grupo, incluye la realización de encuestas sanitarias; la recogida de muestras de suelo y aire; el compromiso con los medios de comunicación, los cargos electos y las agencias estatales y federales; la denuncia de incidentes; y la participación en el proceso de obtención de permisos. CCC lucha por el derecho humano a la vida, al aire limpio, al agua y a un medio ambiente sano para ellos, sus familias y sus vecinos. Buscan oportunidades de compra para su comunidad, pues sus hogares ya no son seguros.
La subdivisión Cherokee linda con las instalaciones industriales del puerto de Pascagoula. Foto: Rory Doyle para Resource Rural
Barbara Weckesser y sus vecinos han compartido mucha información desde 2013, y mucho esfuerzo. El grupo recibió apoyo técnico de la Red de Acción Medioambiental de Luisiana, asistencia técnica y equipos para análisis de suelos de Public Lab y ayuda del Community Science Institute, y se asoció con Earthjustice para demandar a la EPA después de que esta permitiera a Chevron procesar aceite de pirólisis, fabricado con plástico reciclable, en su planta de Pascagoula. Pascagoula, en lo alto de la costa del Golfo, ha tenido un importante desarrollo petrolero e industrial desde mucho antes del vertido de petróleo de Deepwater Horizon en 2010. CCC espera que continúe. La mayoría de los residentes creen que su barrio ya está demasiado contaminado y no esperan ninguna mejora, por lo que han consultado a grupos como Buy-In Community Planning, una organización medioambiental sin ánimo de lucro que ayuda a comunidades, propietarios de viviendas y gobiernos locales a organizar compras para que puedan recuperar al menos parte del valor de sus propiedades y seguir adelante.
Barbara Weckesser examina un dispositivo que mide la calidad del aire fuera de su casa. Foto: Rory Doyle para Resource Rural